El modelo de marketplace, impulsor de la competitividad de los pequeños comercios

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En Francia, la caída en el consumo durante el primer confinamiento correspondió a una pérdida anualizada del 6,3 % en ingresos totales en comparación con 2019. La necesidad de digitalizar total o parcialmente su actividad surgió como una cuestión de supervivencia para los 200,000 comerciantes obligados a cerrar nuevamente sus puertas en noviembre.

Cuando no son directamente los municipios los que han llevado a cabo estas iniciativas, la mayoría de los gigantes de las marketplaces han tendido la mano a los pequeños comerciantes al ofrecer descuentos y otras medidas: suscripción gratuita en ciertas categorías de productos, alojamiento o cuotas gratuitas, formación en línea, asesoramiento personalizado... Las soluciones se han multiplicado y han permitido a muchas pequeñas empresas dar sus primeros pasos en el comercio electrónico.

¡No, la marketplace no está reservada para los grandes jugadores!

Hoy en día, muchas empresas de todos los tamaños están expuestas al riesgo de liquidez y solvencia. Si la marketplace se ha establecido como una herramienta para permitir que los comerciantes enfrenten la crisis, aún no ha terminado: el 75 % de las compras indirectas en línea se realizarán en marketplaces para 2022. Para aquellos que aún imaginan que este modelo está reservado para los grandes jugadores, la crisis de la Covid-19 ha demostrado lo contrario.

Los ha protegido e incluso les permite generar crecimiento. La marketplace ahora se inscribe en una lógica más global (y digital) de desarrollo de la actividad: el 38 % de las empresas de comercio y servicios considera que lo digital garantiza, e incluso salva, su actividad, y entre las que han anunciado crecimiento en 2020, 7 de cada 10 destacan la contribución de lo digital a este buen resultado.


Un matrimonio de conveniencia

En tiempos de crisis, los clientes necesitan soluciones de compra y, sobre todo, un nivel de servicio que los tranquilice. De hecho, aunque deseen apoyar a los pequeños comerciantes, están acostumbrados al "sin fallos" de las grandes plataformas y esperan una experiencia similar: envío, facturación y servicio al cliente impecables.

Los comerciantes, por su parte, deben lidiar rápidamente con los cierres repetidos de tiendas no alimentarias y un calendario imposible de controlar. Buscan nuevas vías de crecimiento y están dispuestos a modificar su logística en función de ello; hay que señalar que al comienzo del segundo confinamiento, el 21 % estimó que correría el riesgo de un cierre definitivo. Por lo tanto, ya sea desde el lado de los clientes o de los comerciantes, la marketplace es hoy más que nunca una solución ágil para satisfacer las nuevas necesidades.

Además de ser un generador de negocios, la marketplace marca tres casillas:

Una inversión inicial baja, o incluso nula: ¡el vendedor no tiene que construir el sitio!

No es necesario hacer ningún esfuerzo de marketing, es la marketplace la que genera tráfico y construye la relación de confianza.

La posibilidad de ampliar la base de clientes llegando a nuevos compradores, incluso durante el confinamiento, no importa si es por razones de distancia... Pero también porque el análisis de datos está en el centro del funcionamiento de una solución de marketplace.


Una solución para el futuro

En estos tiempos inciertos, la marketplace solo requiere una inversión de tiempo, no de euros. Por último, es importante recordar que el marketplace no es una solución "especial Covid". No es un parche, sino que encarna el futuro del comercio minorista. Un territorio que sería una lástima no cultivar.